Depreciación en vehículos usados: qué factores afectan y cómo saber cuánto vale mi coche
- ¿Qué factores influyen en la depreciación de un coche?
- ¿Cómo mantener el valor de un coche?
- ¿Cuánto vale mi coche? Guía para fijar un precio de venta
En cuanto un coche nuevo sale del concesionario y pisa la calle, pierde automáticamente un 10% de su valor. Al final de su primer año de uso, habrá perdido otro 10% más. Es decir, un vehículo pierde aproximadamente un 20% de su valor en el mercado solo en el primer año de vida, aunque hay factores que pueden, incluso, empeorar esa cifra. La depreciación de un vehículo puede llegar a ser del 50% en los peores casos, como los de las marcas o modelos menos atractivos. Durante los cuatro primeros años, los coches nuevos continúan depreciándose en un promedio de un 15-25% por año. De media, un vehículo nuevo perderá el 60% de su valor total en sus primeros 5 años de vida.
Si compras un coche relativamente nuevo, te ahorrarás por ejemplo la depreciación del primer año, pero no la de los siguientes, por eso hay que saber qué edad tiene el coche que quieres comprar, para saber cuál es su valor en el mercado. Es importante verificar la edad de un vehículo antes de comprarlo, al igual que comprobar el número de propietarios por los que ha pasado y el momento en el que salió del primer concesionario. El informe del vehículo te indica todos estos detalles.
¿Qué factores influyen en la depreciación de un coche?
No hay nada que se pueda hacer para frenar la devaluación de un coche. Ya sea nuevo o usado, todo vehículo pierde valor con el tiempo, pero el hecho de conocer cuánto y cómo se deprecia un coche puede ayudar a sacar mayor provecho a la hora de vender o de comprar un coche de segunda mano. Te explicamos algunos aspectos que debes conocer y que te servirán en el momento de vender o de comprar un coche.
La economía detrás de la depreciación de un coche de segunda mano
Cuando un coche es de ocasión, la dinámica de la depreciación de su valor funciona de manera distinta que en los vehículos nuevos, aunque siempre se basa en la oferta y la demanda. Al inicio de este milenio, por ejemplo, muchos coches nuevos se vendieron a un precio mucho más elevado que la demanda existente en el mercado, por lo que el leasing se hizo muy popular y comprar un coche nuevo era mucho más fácil.
En este contexto, la demanda de coches de ocasión disminuyó y la devaluación de estos vehículos aumentó considerablemente. La calma volvió al mercado de coches de segunda mano durante un tiempo y el valor volvió a estabilizarse, pero, durante la crisis de 2008, la depreciación aumentó de nuevo. Así, las fluctuaciones del mercado afectan directamente al valor del coche.
La popularidad del coche
Más allá de las tendencias del mercado, la psicología también juega un papel importante a la hora de intentar comprender cuánto se devalúa un coche año tras año. Los coches más populares, por ejemplo, tienen una mayor oportunidad de mantener su precio de venta en comparación con aquellos que son menos buscados.
Los coches favoritos de los conductores pueden cambiar cada año, por lo que existe el riesgo de comprar un coche que esté de moda y luego deje de estarlo, obteniendo una rápida devaluación de su valor como resultado.
El estado físico del coche
Evidentemente, un coche que ha sufrido algún golpe o accidente sufrirá una devaluación más rápida que uno esté en perfectas condiciones. Hay accidentes que no se pueden evitar, pero hay otros que definitivamente pueden estar bajo nuestro control. Conducir agresivamente, por carreteras mal pavimentadas o tratar el coche con poca delicadeza solo logrará que el vehículo se devalúe mucho más rápido de lo que debería. Tratar el coche con delicadeza y suavidad para evitar el desgaste prematuro conserva su valor durante mucho más tiempo.
¿Cómo mantener el valor de un coche?
El valor de tu coche está sujeto a las leyes del mercado y de la economía y eso no se puede controlar. Sin embargo, hay otros factores que pueden ayudar a determinar cuánto se deprecia un coche o a frenar algo esta pérdida de valor.
Apuesta por un color neutral: si te preocupas mucho por el valor de tu coche, piensa dos veces antes de comprar un coche de color amarillo fosforito. Quizás te guste mucho, pero este color reducirá considerablemente las posibilidades de venderlo.
Mantenlo limpio: utilizar un poco de cera, jabón y limpiacristales para mantener tu coche limpio puede tener un gran impacto en su valor a la hora de venderlo. Lo mismo sucederá con el interior del coche, ya que muchos compradores están dispuestos a pagar más por un vehículo con el habitáculo bien mantenido.
Busca coches con muchos extras: vale la pena buscar coches de segunda mano con ciertos extras, especialmente si se trata de equipamiento de seguridad. Quizás tengas que pagar un poco más, pero mantendrá mejor su valor en el tiempo.
El número de kilómetros: a menos kilómetros conducidos, menos pérdida de valor. Hay que tratar de no exceder el límite de los 15.000 kilómetros por año, aunque pueda parecer estricto si necesitas conducir a diario. Para saber los kilómetros reales que ha recorrido un vehículo de segunda mano, recuerda verificar el historial de vehículo CARFAX, que detalla las lecturas de kilometraje realizadas a lo largo de la vida del coche.
¿Cuánto vale mi coche? Guía para fijar un precio de venta
Ahora que sabemos cuáles son los factores que influyen directamente en la depreciación de un coche y, por lo tanto, en su valor de venta en el mercado; podemos seguir esta guía para determinar el valor de un coche de segunda mano si queremos venderlo.
1. Evaluar el mercado
Es importante saber cuál es la situación del mercado para fijar un precio que nos permita vender nuestro vehículo cuanto antes. Tres son las preguntas que nos deberemos hacer: cuál es la demanda del mercado para el tipo de coche que queremos vender, si estamos en el mejor momento del año para ello y en qué situación económica nos encontramos. Hay ciertas categorías de vehículos que mantienen una demanda estable (como las berlinas) y otras que es mejor esperar al momento preciso para sacarlas a la venta, como los descapotables. Igualmente, si estamos en una situación general de crisis, los compradores no podrán permitirse ciertos tipos de coche o el mercado estará algo más flojo.
2. Mirar anuncios similares
Una vez que hemos tanteado la situación del mercado, toca empezar a fijar un precio para nuestro coche de segunda mano. Analizar anuncios de venta de coches parecidos al que queremos vender nosotros es un buen mecanismo para discernir el posible precio de venta que podamos fijar.
Al mismo tiempo, podemos mirar no solo la misma marca y modelo de vehículo, si no otros coches que equipen extras parecidos al nuestro. También modelos más nuevos y más antiguos, para intentar ver la horquilla de precios en la que deberemos movernos.
3. El kilometraje del coche, su estado y extras
Como hemos visto en el punto anterior, la cifra que marca el cuentakilómetros es importante para el valor de venta. Un coche con 80.000 kilómetros tendrá una vida útil más larga y costará más que el mismo vehículo pero con 250.000 kilómetros. Intentar contenernos en un límite anual de kilómetros mejorará el precio con él podremos vender nuestro coche.
Igualmente, mantener el vehículo en un buen estado y haber contratado los extras acertados (GPS, sistemas de seguridad, un buen sistema de sonido, etc.) también nos ayudará a venderlo por un precio mayor. Eso sí, hay que escoger bien, porque muchas veces los compradores no quieren pagar por los extras poco útiles que encarecen el precio sin sentido.
4. Fijar un precio competitivo para el coche
Ahora sí, llega el momento para fijar el precio de venta de nuestro coche. Hay que intentar quedarse dentro de un rango competitivo que no asuste a los compradores, pero que tampoco nos haga perder dinero. El truco es dejar un cierto margen para negociar que no nos haga perder beneficios.
La mejor manera para hacerlo es pensar en cuánto dinero nos gustaría sacar por el coche o por qué precio mínimo lo venderíamos, sin bajar. Teniendo todos los factores enumerados anteriormente en cuenta, pensemos que podemos sacar 5.000 euros por nuestro coche. Pedir unos 750 euros más para tener un margen con el que negociar será lo indicado. Sin embargo, en el caso de los coches más caros deberemos dejar un margen mayor, ya que cuando más grande sea la suma más se tiende a bajar en tramos más caros. Por ejemplo, pedir 18.500 euros por un coche por el que queremos sacar 17.000 euros será la maniobra justa.
De todas formas, deberemos adaptarnos también al tipo de comprador que tengamos delante. No a todos les interesa negociar y, esta táctica, puede asustar a aquellos interesados que piensen que el coche es caro o que no quieran perder el tiempo regateando.