La garantía en los coches de segunda mano
- Diferentes tipos de garantías
- Qué tener en cuenta para considerar la garantía
- Los conceptos clave en la garantía
- Reclamar la garantía, paso a paso
Las garantías siempre dan seguridad a la hora de comprar cualquier bien u objeto de consumo, pero más aún en los coches de segunda mano. Al ya haber sido usados, el nuevo propietario necesita estar seguro de que, durante los primeros meses de uso del coche, estará cubierto en caso de que se detecte algún error o avería. No podemos nunca fiarnos al 100% del coche usado que estamos comprando, pero una buena garantía con condiciones favorables contribuye a generar sensación de tranquilidad.
Ante un mercado de ocasión cada vez más en aumento, en España se publicó el año pasado la nueva ley de garantía para las compraventas de bienes de segunda mano, entre ellos, de coches. Esta normativa favorece que los vendedores particulares sean más honestos a la hora de poner sus coches a la venta, ya que tendrán que hacerse cargo de subsanar todos los vicios ocultos durante lo que dure la garantía, y hace que los compradores se sientan mucho más seguros a la hora de apostar por este tipo de vehículos.
Diferentes tipos de garantías
Aunque en España, y más tras la entrada en vigor de esta nueva ley, la mayor diferencia entre un tipo de garantía u otro para coches usados en dónde se compra el vehículo, si a un particular o en un concesionario, sí que existen diferentes tipos de garantías que explicaremos a continuación.
La garantía de un coche de segunda mano cubre problemas mecánicos, como los del motor, la caja de cambios y similares. Suele dejar fuera averías producidas por el desgaste del vehículo o sustituciones genéricas de las que tiene que hacerse cargo el nuevo propietario, como las de los neumáticos o los frenos. La mayor seguridad que ha introducido la nueva ley es que los vendedores tendrán que hacerse cargo de los vicios ocultos o defectos con los que se haya vendido el coche sin que estos estén reflejados en el contrato, desde problemas con la batería hasta fallos en los frenos, por ejemplo.
Vehículos de ocasión certificados o programas CPO
Los programas CPO o de vehículos de ocasión certificados se remontan a los años 90, cuando las marcas de alta gama quisieron dar salida a vehículos en buenas condiciones que volvían a llegar a sus instalaciones. Estos programas se incluyen ahora en la nueva ley y hacen referencia a aquellos coches de segunda mano que han sido sometidos a las reparaciones necesarias y han superado una inspección completa según las directrices de su propio fabricante.
Los coches CPO o VO Certificado pertenecen siempre a un concesionario del fabricante del automóvil y están como nuevos, por lo que están cubiertos por una garantía sólida de al menos un año, que es la que está estipulada por ley si el coche de ocasión se compra en un establecimiento, aunque los programas de cada marca pueden ampliar este periodo según sus propias condiciones.
Garantía extendida
Bajo la nueva ley, los coches de segunda mano que se compren en concesionarios tendrán como mínimo una garantía de un año si se llega a este acuerdo, aunque será ampliable a dos años si no. Los fallos o errores que sufra el coche después de haber sido comprado y que no hayan sido provocados por un mal uso del conductor correrán a cargo del establecimiento.
Hay algunos concesionarios que permiten al comprador adherirse a una garantía extendida, que no es otra cosa que un periodo adicional que cubrirá el vehículo durante un cierto periodo, el que se pacte, una vez que acabe el plazo de la garantía oficial. Este contrato suele tener un coste extra, a no ser que se pacte un periodo de garantía diferente que el mínimo establecido por la ley en el momento de la compra del vehículo, y las coberturas pueden variar. Asimismo, no todos los concesionarios ofrecen este servicio.
Garantía con un vendedor particular
La compraventa de un coche de segunda mano a un vendedor particular puede tener grandes ventajas, pero ha suscitado ciertas incertidumbres a los compradores, sobre todo en lo que se refiere a la garantía. Con la nueva ley en vigor, todos los coches de segunda mano comprados a particulares estarán cubiertos por un plazo mínimo de seis meses, ampliable si así se acuerda a un año.
Durante este periodo, y este es el mayor cambio que introduce la ley, el vendedor se tendrá que hacer cargo del coste de cualquier tipo de reparación que necesite el vehículo si está producida por un defecto que no se comunicó al comprador o derivada de la antigüedad del vehículo. Ahora, con la nueva normativa, no es obligación del comprador demostrar que esa avería no la ha producido él, sino que será el vendedor quien tenga que probar que el fallo ha sido culpa del comprador. De lo contrario, tendrá que pagar la reparación.
Qué tener en cuenta para considerar la garantía
Lo importante a la hora de considerar la garantía que cubra nuestro coche de segunda mano es echar un vistazo a la ley. Como hemos comentado anteriormente, la nueva ley cubre todos los desperfectos que pueda mostrar el coche tras la compraventa pero que tengan su origen antes de esta, los llamados vicios ocultos, siempre que no se hayan reflejado en el contrato. Igualmente, cubrirá las reparaciones de componentes como el motor o la caja de cambios, dejando fuera otros elementos.
Lo primero que hay que hacer es, según la edad de nuestro coche, comprobar si el vehículo todavía está cubierto por la garantía de compra del fabricante. Esto suele pasar en los vehículos de ocasión con menos de cinco años de edad y, en este caso, hay que asegurarse de que la garantía del coche lo seguirá cubriendo aunque cambie de propietario.
Si hemos comprobado que la garantía oficial no nos cubre, habrá que prestar atención a ciertos detalles de la garantía de nuestro coche de segunda mano para saber en qué casos contamos con su protección. Como ya hemos indicado, todos los fallos mecánicos que afecten al funcionamiento normal del coche estarán contemplados en la garantía mecánica, que es la que cubre a los vehículos usados. En algunos casos, la garantía también cubre defectos de fábrica que pueda mostrar el coche tras la compra, siempre que no haya pasado un cierto tiempo. Hay que preguntar al vendedor, sea profesional o particular, la cobertura en estos casos.
Las garantías mecánicas cubren, habitualmente:
Problemas de alimentación.
Problemas con el climatizador.
Caja de cambios.
Embrague.
Dirección.
Problemas del motor y de sus componentes.
Problemas con los frenos.
Problemas de refrigeración.
Problemas eléctricos.
Dependiendo del kilometraje, sistemas de transmisión y ejes.
Todo esto será lo que debes comprobar que cubre tu garantía. Igualmente, aunque en este caso será siempre en los establecimientos de venta de coches usados, habrá que preguntar si la garantía cubre las reparaciones o las piezas utilizadas para las sustituciones de elementos que sufran un desgaste mayor del estipulado. No siempre se da este caso, pero si la garantía cubre este supuesto es mucho mejor para el comprador.
En lo que se refiere al kilometraje, las garantías de coches de segunda mano no suelen poner límites muy precisos, aunque aquellos fabricantes que ofrecen garantías extendidas sí que acaban poniendo límites por edad del vehículo o por kilometraje, el primero de los dos límites que se alcance antes.
¿Cubre la garantía el mantenimiento del coche?
En lo que respecta a las reparaciones y sustituciones que el conductor tiene que ir haciendo en el vehículo conforme va cumpliendo años o recorriendo kilómetros, la garantía no cubre estos gastos a no ser que se haya pactado de manera explícita o se haya contratado algún programa para ello, algo que debe consultarse directamente con el vendedor. Los vendedores particulares, obviamente, no se hacen cargo de estos gastos.
La ley obliga a que la garantía legal y mecánica que cubre un coche de segunda mano contemple todas las averías expresadas en la normativa, quedando excluidas de obligatoriedad las piezas externas o las que se sustituyan por el desgaste natural. Igualmente, los problemas provocados por un mal uso del vehículo por parte del comprador, por accidente o por incumplimiento del programa de mantenimiento estipulado por el fabricante también quedarán fuera de la garantía y, por lo tanto, serán responsabilidad del nuevo dueño.
Los conceptos clave en la garantía
En el documento de garantía aparecerán varios conceptos que deberemos entender para comprender hasta qué punto estamos cubiertos. Lo primero que hay que hacer es distinguir entre garantía legal o garantía mecánica, que es la recoge la ley y la cubre sí o sí al vehículo usado; y garantía comercial, que es la que se acuerda directamente con el establecimiento de venta o el fabricante.
Por otro lado, deberemos conocer bien los periodos establecidos para cada caso, es decir, el tiempo durante el cual nos cubrirá la garantía, y las diferencias entre reparación o sustitución del vehículo, algo que puede reclamar el comprador ante daños y averías que sufra el coche y que estén cubiertos por la garantía. Si no es posible arreglar el vehículo, el vendedor deberá sustituirlo por otro de similares características o devolverle el dinero al comprador.
Por último, hay que saber muy bien qué son los vicios ocultos, los desperfectos que ya tenía el coche en el momento de la venta y que no quedaron reflejados en el contrato porque el vendedor no los comunicó. De su reparación tendrá que hacerse cargo este último durante el periodo que esté operativa la garantía.
Reclamar la garantía, paso a paso
A la hora de sufrir algún fallo o avería en nuestro coche de segunda mano, lo primero que deberemos hacer es acudir al vendedor para reclamar o bien que repare el problema o bien que nos reembolse el ticket de lo que hayamos pagado en el mecánico, si la avería era de reparación urgente. Si el tipo de problema mecánico es de los que está contemplados en las garantías tanto en un caso como en otro, no debería haber ningún problema en hacer efectivas las coberturas.
Si el vendedor se negara a actuar, el siguiente paso sería acudir al juzgado para interponer una demanda que obligara al vendedor a abonarnos la reparación o a actuar según lo especificado en la garantía. En estos casos suele llegar a ser necesaria la figura del perito, que revise el coche y certifique que, efectivamente, el fallo del vehículo es asumible por el vendedor al estar cubierto por la garantía. Es posible que el proceso se alargue, pero es mejor asumirlo que tener que pagar reparaciones que no nos corresponden.
Obviamente, para reclamar los gastos de averías que hayamos reparado y que creamos que están cubiertas por la garantía tendremos que acogernos al periodo de cobertura de la misma, no pudiendo exigir reembolsos o reparaciones fuera del plazo de garantía.
Garantías de un coche de segunda mano: lo que hay que saber
Después de todo lo expuesto anteriormente, comprar un coche de segunda mano viene con una serie de garantías que variarían dependiendo del vendedor. La nueva ley de bienes de consumo de segunda mano protege mucho más que antes a los compradores, ampliando y especificando los periodos obligatorios de garantía y forzando a los vendedores a hacerse cargo de las reparaciones de los vicios ocultos sin que el conductor tenga ser quien demuestre el origen de las averías.
Pese a la existencia de la nueva ley, hay que revisar todos los puntos, coberturas y especificaciones de la garantía que cubra nuestro coche de segunda mano para saber exactamente a qué atenernos en caso de que tengamos un problema o una avería. La mayor diferencia va a estar en el a quién compremos el coche, ya que los supuestos serán distintos si acudimos a un vendedor particular o a un profesional. En este último caso también pueden existir diferencias, ya que los concesionarios oficiales de los fabricantes pueden ofrecer garantías extendidas o condiciones exclusivas que no contemplen los concesionarios multimarca.