¿Cómo saber si un coche tiene cargas?

Comprueba con CARFAX si tenemos información sobre cargas financieras, incluido el embargo del coche.

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¿Qué son coches embargados?

Existen diferentes tipos de cargas financieras que pueden pesar sobre un vehículo y una de ellas es el embargo. Un embargo es una anotación preventiva que toma el coche como garantía ante el impago de una deuda.

Esta deuda está siempre asociada a un pago relacionado con el uso del vehículo: desde una multa hasta una letra de la financiación del vehículo. Las cargas financieras pueden afectar al uso y la compraventa del coche, por lo que es importante comprar si el vehículo tiene cargas antes de comprarlo.

¿Por qué es importante comprobar cargas de un vehículo?

En ocasiones, por desconocimiento o simplemente por intentar ser prácticos, firmamos el contrato de compraventa de un coche de segunda mano sin haber comprobado previamente si este tiene alguna carga que impida la tramitación formal del cambio de titular.

En el informe CARFAX podrás averiguar si el coche de segunda mano que quieres comprar tuvo alguna vez deudas pendientes, embargos, impuestos u otros precintos pendientes de pagar (siempre y cuando dicha información haya sido previamente reportada a CARFAX).

Coches embargados: lo que necesitas saber

Algunos de los motivos que pueden provocar el embargo de un coche son:

  • - tener multas impagadas,

  • - no haber abonado el impuesto de circulación,

  • - impagos del préstamo solicitado para financiar la adquisición del vehículo.

Dependiendo de la naturaleza de la deuda, el embargo de un coche lo puede ordenar un juzgado, siempre siguiendo la Ley de Enjuiciamiento Civil; o la Administración Pública que reclame el pago de la deuda, como un ayuntamiento o la Agencia Tributaria.

Un coche embargado puede seguir usándose con total normalidad, siempre y cuando tenga la documentación y la ITV al día. De hecho, los coches embargados pueden incluso venderse. Si después del embargo llega el precinto, será cuando ya no se pueda utilizar el vehículo.

Los embargos por reclamación de impagos tienen una vida de cuatro años. Pasado este tiempo, si no se ha vuelto a reclamar la deuda ni la parte interesada ha actuado en consecuencia, se considerará que el embargo ha caducado.

La manera más sencilla de acabar con el embargo y regularizar la situación es solventar la deuda o negociar otro tipo de garantía con la entidad que haya impuesto el embargo.

Sí. Lo único que tiene que tener en cuenta el comprador son las circunstancias en las que está adquiriendo el coche, ya que, de no solventarse la deuda, el coche seguirá siendo la garantía de pago y el nuevo propietario podría tener que llegar a despedirse de su coche nuevo. Aunque se venda el vehículo, el deudor seguirá siendo el único responsable de los impagos, que deberá regularizar.

Además, no informar al comprador de la situación de cargas financieras que pesa sobre el nuevo coche podría considerarse un delito de estafa o de alzamiento de bienes, por lo que mejor ir con la verdad por delante.

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